lunes, abril 29, 2024

INTERCAMBIO

Guaminí: primer Encuentro Intergeneracional

Cargado de propuestas lúdicas, lectura y entretenimiento, se convirtió en una experiencia significativa para ambas generaciones.

Encuentro intergeneracional en Guaminí. 

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El hogar de ancianos «Jardín de los Abuelos» y el Centro de Atención Integral «Amor y Fe» de Guaminí se unieron en el Primer Encuentro Intergeneracional. Esta iniciativa innovadora permitió que adultos mayores compartieran momentos inolvidables junto a los más pequeños de la mencionada institución.

El evento, cargado de propuestas lúdicas, lectura y entretenimiento, demostró ser más que una simple reunión, convirtiéndose en una experiencia significativa para ambas generaciones. La interacción con los niños resultó ser un sencillo pero poderoso método que mejoró notablemente la salud y el bienestar de los adultos mayores.

A medida que la población envejece, la búsqueda de alternativas para cuidar y fortalecer la salud mental de los adultos mayores se vuelve cada vez más relevante. Con el objetivo de evitar enfermedades de deterioro cognitivo y promover el bienestar emocional, algunos centros geriátricos han implementado prácticas novedosas, como la interacción con niños.

La presencia de los pequeños en el centro geriátrico logró que la mayoría de los ancianos olvidara sus propias limitaciones físicas y se animaran a revivir momentos de alegría y vitalidad que experimentaron en su juventud. Un estudio realizado en Sudáfrica demostró cómo estas interacciones impactan positivamente en la salud mental de los adultos mayores.

En el hogar donde residen las participantes del estudio, se inauguró una escuela de juegos para niños pequeños. Esto permitió que los residentes tuvieran encuentros no obligatorios con los pequeños dos veces por semana. Durante una hora, los adultos mayores y los niños compartieron actividades lúdicas como juegos didácticos y pasatiempos.

Los resultados fueron sorprendentes: el 83% de las ancianas que interactuaron con los niños experimentaron resultados negativos en términos de depresión y ansiedad. Una participante que tuvo la mayor cantidad de interacciones con los niños, cuatro veces por semana, no presentó ninguno de estos trastornos.

El afecto físico durante las interacciones fue significativo para los participantes, quienes revelaron sentirse aceptados e incluidos por los niños, experimentando una sensación de familia. Además, las interacciones frecuentes permitieron que los niños aprendieran a comportarse con los adultos mayores, fomentando así relaciones valiosas entre ambas generaciones.

Los beneficios no solo se limitaron al bienestar emocional, sino que también se extendieron al disfrute de los vínculos y la sensación de satisfacción al aportar valor educando a los pequeños. Esta iniciativa muestra el poder de la interacción intergeneracional como una poderosa herramienta para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y fortalecer el tejido social de la comunidad.

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